Thursday, August 23, 2012

Instinto y mujer por Ana María Salazar

 
El instinto, nuestra mejor arma.
27 de Junio de 2008
En la entrega del día de hoy quiero dejar a un lado el análisis y debate político para escribir sobre uno de los temas que más me ocupa y preocupa: La creciente ola de violencia en contra de las mujeres.
¡Alto! ¡No se vayan! Ya se que sobre el tema se ha escrito mucho y me imagino que la mayoría de ustedes están a punto de abandonar mi columna y dirigirse a la sección de sociales o deportes. No lo hagan. Vamos a tratar el tema de la violencia e inseguridad en contra de la mujer de una forma diferente.
Después de muchos años de investigar y escribir sobre temas de seguridad pública, además de impartir cursos de seguridad personal he llegado a la siguiente conclusión: “La mayoría de las mujeres no nos hacemos responsables de nuestra seguridad”. En otras áreas de nuestra vida nosotras hemos buscado tomar más control, por ejemplo en lo que se refiere a nuestras finazas, nuestra salud física y menta
l y en nuestra educación. Y es sorprendente que se hable poco, o casi nada, de la importancia de que las mujeres también nos responsabilicemos por nuestra seguridad personal especialmente al ver las cifras mas recientes. Además de la inseguridad generalizada que se vive en México, la violencia intrafamiliar es la gran amenaza para las mujeres. Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares del 2006, desarrollada por el Instituto Nacional de las Mujeres, la ONU y el INEGI donde se señala que el 67% de las mujeres mayores de 15 años ha sido víctima de algún tipo de violencia y que cuatro de cada diez mujeres sufrieron algún tipo de violencia por parte de su pareja a lo largo de la última relación, entre otros datos.
Decir que las mujeres debemos de asumir más control sobre nuestra seguridad no significa de ninguna manera que estoy culpando a las víctimas de la violencia y del crimen de ser responsables de su victimización. Lo que si creo es que hay decisiones que podemos tomar que nos ayudan a vivir una vida más segura, reduciendo la posibilidad de que seamos las siguientes víctimas de la violencia y del crimen.
Hay reglas básicas que debemos de seguir, pero parecería que pocas queremos cumplir. En algunas ciudades del país simplemente no se puede portar joyas y se debe vestir con modestia al caminar por la calle. Se debe, además, traer lo mínimo de dinero y tarjetas en la bolsa o cartera. O usar zapatos cómodos que nos permitan correr. Y aun en ciudades más seguras, una mujer siempre esta corriendo un riesgo si decide caminar en la noche por una calle sin iluminación y poco transitada. Desafortunadamente, muchas veces le damos prioridad a la moda y a la comodidad y ponemos a un lado cualquier consideración de seguridad.
Uno de los grandes errores que comete la mayoría de las mujeres es no escuchar su instinto cuando les está avisando “hay peligro”. ¿Cuantas de ustedes no sintieron el peligro antes de que fueran victimas? Par
a mi programa de TV Seguridad Total realice entrevistas con varias personas que fueron víctimas, la mayoría de ellas comentaba que antes de haberse cometido el delito tuvieron un “presentimiento” o una sensación de incomodidad, un aviso de que “algo estaba mal” o que una persona “los incomodaba”.
En un extraordinario libro titulado “El Regalo del Miedo” (The Gift of Fear) el autor Gavin de Becker nos regaña por ignorar lo que es la herramienta mas importante que tiene el ser humano para su protección: el instinto. Mientras que en el mundo animal, cuando el instinto de una criatura les avisa que están en peligro, estas reaccionan escondiéndose, corriendo, mostrando los dientes, etc. En fin, toman pasos concretos para defenderse del peligro. En cambio, los humanos, nos comenta Becker, somos los únicos animales que no solo no ignoramos los avisos de peligro que nos da el instinto, sino que además, en el caso de las mujeres, nos desgastamos mentalmente cuestionando esa “sensación de incomodidad”. ¿No será que estoy exagerando al ponerme nerviosa porque parece que ese carro me esta siguiendo? Me daría mucha pena hacer un escándalo si esos hombres parados en la esquina no me quieren hacer daño. Van a pensar que estoy loca si salgo corriendo. No creo que mi amigo quiera hacerme daño, no quisiera incomodarlo, etc. Estos son ejemplos de excusas que usamos la mujeres para no correr, para no gritar, para no escondernos cuando sentimos que el peligro nos acecha. De hecho preferimos poner en duda nuestra intuición y darle mas consideración a los “sentimientos” de nuestro posible agresor (ya sea un conocido o no).
El tema de nuestro instinto y nuestra seguridad lo volveremos a tocar en este espacio. Mientras tanto los invito a www.anamariasalazar.com donde les proporciono una lista de recomendaciones de seguridad y prevención aplicables a muchas situaciones. Además, ahí les ofrezco la bibliografía del libro de Gavin Becker.
Analista político

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